Kindle, el nuevo juguete para intentar sortear la crisis de la prensa

desesperados y esperan que la tabla de salvación sea la tecnología. Ante la caída imparable de ventas de ejemplares y el derrumbe de las inversiones publicitarias piensan que sólo la tecnología puede salvarlos, ellos que hace tan pocos años eran tan incrédulos al respecto.

En este panorama el portal amazon.com ha puesto a la venta el nuevo el dispositivo portátil que permite la lectura de libros o periódicos digitalizados.

En Estados Unidos ya te puedes suscribir a periódicos como The New York Times por 13,99 $ al mes y a revistas como Newsweek oTime por 1.49 $. Otros parece que empiezan a interesarse por esta incierta aventura.

Pero por mucho que recurran a las nuevas tecnologías hay algo que los medios tradicionales no terminan de entender. El viejo modelo de negocio de pagar por una información caduca desde antes de ser editada ya no se soporta. Y los lectores no entenderán por qué tienen que pagar una cantidad de dinero determinada por algo que obtienen totalmente gratis en la red y puedes leerlo cuando quieran y completamente actualizado en sus dispositivos móviles.

Hay algo en la sesera de estos depredadores de las finanzas que no anda bien. Continúan empeñados en aplicar los viejos estándares del negocio a sus sitios web y ahora a los dispositivos móviles, y todavía no se han enterado, a pesar de que los resultados son más que evidentes, que el modelo no funciona.

Les ocurrió con los micropagos en los sites y les ocurrirá ahora con el Kindle. No digo que no vayan a conseguir unos ingresos extras inmediatos por la novedad. Digo que a larga acabará ahogándose en su propia saliva.

Porque los medios no han querido o no han sabido adaptarse hasta ahora a la realidad que los desborda cada día y se traduce en cifras alarmantes en sus cuentas de resultados. El acceso a la información debe ser gratuito, porque la información o es de todos o no es de nadie. Tienen la obligación de reinventar un modelo de negocio que se adapte a esta premisa y sea sostenible, porque exigirá una adecuación importante de las redacciones y la tecnología necesaria.

Si apuestan por ahí, igual podrán ver amanecer mañana. Si no, más de lo mismo, pero a peor